miércoles, 18 de septiembre de 2013

El manual


"Los problemas significativos que afrontamos no pueden solucionarse en el mismo nivel de pensamiento en el que estábamos cuando los creamos"

Con esta frase de Albert Einstein inicio una serie de entradas que van al fondo de la cuestión: la encrucijada en la que muchos creemos que nos encontramos. Quizás no debería comenzar con esta frase de Einstein. Esta posible conversación es mucho mas significativa de la reacción de mucha gente, ante un mundo que se desmorona:

Una pareja después de una jornada agotadora estaba sentada en el sofá de su casa.
- Qué es peor la ignorancia o la indiferencia? - preguntó a su pareja
- Ni lo se ni me importa - y, dicho eso, encendió el televisor...

En todo caso, eliga la frase de Einstein o esta supuesta conversación informal, mi convencimiento es que hemos llegado a los límites del crecimiento. Aquellos límites ya fijados hace más de 40 años por el "Club de Roma" La idea que expongo a continuación, por tanto, no es precisamente nueva:

"No podemos crecer de forma infinita en un planeta que es finito"

Máquina de vapor. Fuente: www.pixabay.com


Pero, paradójicamente, la sociedad ha seguido conservando el mismo tecnoptimismo de los años 60 y 70 (no estoy del todo de acuerdo con este enlace, pero lo encuentro muy interesante). De hecho, sigue siendo la actitud fundamental de la mayoría de la población hacia el futuro. Ya tendremos tiempo de hablar a que es debido.

Pese a quien pese, la tecnología no es mágica y, ni mucho menos, más tecnología implican más recursos. No es posible, como dice el evangelio, "multiplicar los panes y los peces" de una forma indefinida. El sistema capitalista necesita crecer para no colapsar, debido a las crecientes desigualdades que va generando. El problema comenzamos a crearlo hace mucho, quizás con la máquina de vapor, puede que con el motor de combustión... Luego, lo agravamos con la generalización del Taylorismo en las fábricas y la aparición del consumo de masas. Esa sociedad ávida de más y más recursos es, en todo caso, un producto reciente de nuestra sistema.


Frederick Taylor (1856-1915). Wikipedia

Siempre comento que no es posible entender el mundo actual sin conocer el significado de los dos grandes procesos que nos han llevado al hombre actual: el homo economicus de los economistas neoclásicos. Estos dos procesos, uno político y otro económico-tecnológico son la Revolucion francesa y la Revolución industrial. Mi intención es irlo comentando en la parte novelada que estoy realizando.

Ahora lo que me propongo hacer es un pequeño recorrido... Espero no cansaros, pero creo que merece la pena...

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En los inicios de este tinglado bautizado como capitalismo, allá por la primera mitad del siglo XIX, imperaba la desregulación y la "ley del más fuerte". La respuesta fue el movimiento obrero. Luego llegó la cadena de montaje y el taylorismo (como ya hemos comentado) Esto, a su vez, nos condujo a la sobreproducción y al uso intensivo de recursos. Cuando comunistas y socialistas argumentaban que era el fin  del sistema ("socialismo o barbarie" clamaba Rosa Luxemburgo) llegó Keynes con su manual socialdemocrata y su economia de bienestar. La idea era sencilla. El mercado no funcionaba siempre y el Estado lo debia dirigir y "estimular" cuando hiciera falta. Si le gente no consumía, que lo hiciera el Estado.

El caso es que "el tinglado" siguió funcionando como nunca en algunas pequeñas zonas del planeta proporcionando el mayor crecimiento (desigual eso si) de la historia de la humanidad. Funcionó porque "íbamos a más", porque había infinidad de recursos que podíamos tener a nuestra disposición de una forma barata. Teníamos por fin un manual que legitimaba a intervenir en los mercados cuando estos fallaban.

Y llegaron los '70... Aún había recursos abundantes y baratos... Pero un conflicto de tipo político nos permitió recibir el primer aviso ¿Le hicimos caso?
Así, en 1973 tenemos el prólogo de lo que podía significar el agotamiento de recursos. No fué un problema físico (geológico) Fue una decisión política de los países productores de petróleo. El caso es que el manual ya no se adaptaba bien. Se hicieron algunos cosas bien, diversificando, mejorando la productividad y la eficiencia energética. Finalmente, el sector servicios permitió una nueva superación. Mientras tanto, las ideas de los economistas clásicos volvieron a las recetas de siempre, la de los inicios... Dos cocineros, Busch y Thatcher fueron sus principales artífices en lo político. También hubieron laboratorios como en Chile para poder probar las nuevas recetas, dónde se podia imponer sin resistencia a través de "La dóctrina del shock". Las desigualdades se incrementaron, pero la receta funcionó, al menos para algunos. El debate sobre si primero hacer la tarta más grande y luego repartirlo o primero repartirla y luego crecer, quedó superado. El "pensamiento único" se consolidó rápidamente (pero como podeis observar en el link, tampoco es que sea un concepto muy reciente, solo se recocinó al gusto de unos pocos y fue convenientemente redistribuido a través de los medios de comunicación)

Teniamos dos manuales y lo bueno es que los podíamos mezclar a coveniencia de la coyuntura concreta y del juego de intereses predominante.

El mantra oficial del "socialismo sólo genera miseria" se fue consolidando. Como aquello de que "lo público no funcionaba y lo privado si"... para los "creadores de opinión" el mensaje a distribuir era claro: había que privatizar todo lo privatizable... y más si se pudiera.

Boris Yeltsin delante de Parlamento. Fuente:wikipedia

Quebró la Unión Soviética y con ello el intento de crear un sistema democratico y socialista No funcionó... Era "el fin de la historia" decían algunos. Pero la realidad es tozuda. Por mucho que se maquille siempre acaba por aparecer. En 2001 parecía que volvíamos a una nueva saturación del sistema. Eso de las nuevas tecnologias ("la tercera y cuarta ola") no acababa de funcionar. El tecnoptimismo tenía los pies de barro. La ingenieria financiera no creaba riqueza más que para unos pocos (solo era un "juego de suma cero" donde unos ganaban y otros perdían). Eso si, permitió aplazar lo inevitable a fuerza de agravar los problemas.

¿Qué decían que teníamos que hacer? Subir salarios no, desde luego. El encarecimiento de los recursos empeoraba la productividad de las empresas... Debiamos mirar hacia China, Corea o Taiwan. Las empresas de la metropoli se convertirían en un gigantesco departamento de márqueting. Para producir ya teníamos las subcontratas asiaticas (lo que pasará con el trabajo infantil por ejemplo, no tenía ninguna importancia) Pero, si los sueldos bajan y no hay demanda... ¿Qué se podía hacer?

En el año 2001 ya se le veían las orejas al lobo... Quedaba un recurso: los tipos de interés. Nos proponían mantener la demanda vía endeudamiento. Para que ese endeudamiento sea infinito sólo hacía falta crear una "ilusión monetaria" Era necesario hacer creer que todos eramos más ricos y para eso ¿Qué mejor que una burbuja especulativa? Mi piso vale más (no tengo más pisos, no tengo más riqueza real) pero como se revaloriza soy más rico. Mejor dicho, me creo más rico. No dudo de las ganancias de algunos que especularon, pero sigue siendo un juego de suma cero. Algunos ganaron mucho, mientras la mayoría se endeudaron...

Y la población continuaba crecíendo... Por otro lado, muchos habitantes de China, Brasil o la India miraban con envidia nuestra "economía de consumo" y nos querían imitar. Nuevos productos fueron apareciendo: recursos "libres" como el agua pasaron a ser privados. Aún me acuerdo del pozo que abrió mi padre cuando era pequeño, eso hoy está prohibido. El acuifero ya no es libre. Otro recurso sobreexplotado.

Comenzamos a negociar, incluso, los "derechos de contaminación"...

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En fin,
- Es normal que, al final, los recursos se empezaran a encarecer.
- Previsible
, por tanto, las tensiones inflacionistas consiguiente.
- Lógica
, la subida de los tipos de interés.
- Impepinable que la burbuja inmobiliaria tenía que petar...

Ahora dicen los políticos y banqueros que "esto nadie lo podía prever"

La verdad es que mucha gente lo anticipamos. Este sistema te permite incluso gritar... pero

¿Para que?
¿Alguién te escucha?

Estamos muy ocupados viendo el futbol, la última boda de la realeza europea o las últimas declaraciones de un "ni-ni" metrosexual en un programa de tele 5...

Y estos mismos que nos acallaron, ahora quieren decirnos lo que tenemos que hacer... apretarnos el cinturón. Para eso nos meten miedo (otra vez la "doctrina del shock)

Tenemos que cambiar el manual, lo que nos dicen no nos sirve. El sistema necesita crecer para sobrevivir y eso hoy ya no es posible. Sólo queda un improbable avance tecnológico que, como preveía Schumpeter, inicie un nuevo cíclo a caballo de esta nueva tecnología... En todo caso, un nuevo camino hacia ninguna parte.

Otro más...

Eso solucionaría nuestro problema generacional a costa de que nuestros hijos agraven sus problemas en el futuro. No soy tecnoptimista (sé que me puedo equivocar) Y creo que es a nosotros a los que nos ha tocado afrontar el "decrecimiento". De que sea un mad max o un decrecimiento ordenado, depende de todos nosotros.

¿Qué podemos hacer? Empecemos por exigir que se nos diga la verdad y, sobretodo,


Busquemos entre todos un nuevo manual...

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2 comentarios:

La finitud de los recursos ya la vamos intuyendo y no es que estemos ocupados viendo el fútbol, estamos ocupados sobreviviendo (hay quién tiene graves problemas cotidianos y hay quién no pero los eleva a esta categoría). Estaría bien que nos lo explicaran y nos aconsejaran qué hacer, pero poniéndose todos de acuerdo. Igual que aprendimos a reciclar, a no malgastar el agua, etc. somos capaces de asimilarlo con naturalidad, pero ¿Quién da las instrucciones?

Hay de todo, Carme. Desgraciadamente para quien lleva tiempo sin encontrar trabajo, pera quien vive en un campamento en Somalia o para quien ha perdido su casa el colapso ya ha comenzado (cada uno en diferentes grados y niveles).

No creo que sea solo un tema de buscar consejos. Creo que es una cuestión de:
1.- Informarse e informar.
2.- Construir entre todos un nuevo imaginario colectivo y capaz de ilusionar ante un futuro que se presenta bastante incierto.

Gracias por tus comentarios.

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